La aplicación del impuesto fijo a los combustibles afecta a todos por igual. Sin embargo, hay mecanismos de amortiguación que pueden favorecer a las pymes.
Por ejemplo, el impulso al diésel, que es aquel combustible que se utiliza para el transporte pesado, la empresa tiene la posibilidad de descontar el IVA si existe una contabilidad completa. En teoría las pequeñas empresas podrían rebajar hasta en un 80% lo que gastan por este impuesto.